El baño ha dejado de ser un lugar de paso para la higiene personal, para cobrar protagonismo y concebirse como un espacio de autocuidado integral. Una evolución que conlleva un diseño interior con gran impacto en la experiencia sensorial del lugar para mejorar no solo el entorno fijo, sino también en el bienestar mental y emocional.
El uso de materiales naturales permitirá crear un espacio conectado con la naturaleza, estableciendo así la madera, las piedras, el bambú u otras fibras las principales fuentes de inspiración en cuanto al diseño de un spa. Si cuentas con un presupuesto reducido, también puedes optar por un papel tapiz o paneles decorativos que imitan estas texturas para darle así ese toque natural tan anhelado a tu baño.
Delimita ciertas zonas con piedras u otras texturas que generan superficies agradables para caminar descalzo, y en lo posible, coloca la ducha junto a una ventana que permita el ingreso de iluminación natural. Si estás dispuesto a hacer un mayor cambio, puedes abrir el techo y crear un tragaluz que llevará tus sesiones de ducha a otro nivel de disfrute. Si no es posible colocar la bañera junto a una apertura al exterior, siempre se puede llevar la naturaleza al interior. Ya sea con plantas distribuidas en todo el espacio o mediante un espectacular jardín vertical que hará del baño una auténtica experiencia sensorial.
Créditos imagen de portada:
Fuente: https://www.behance.net/gallery/98122983/Tropics